Hablar en público es una de las actividades que mayor temor produce en una persona.
Sin embargo, resulta una habilidad esencial en el mundo de los negocios.
Durante 15 años fui comentarista de libros y cultura en el noticiario Monitor de la Mañana que conducía el mítico periodista José Gutiérrez Vivó en Radio Red.
Un día antes de mi primera intervención, me citó en las oficinas de la radio para ponernos de acuerdo en el tema que abordaría.
Todo iba bien hasta que llegó aquella primera mañana en Monitor.
Me puse tan nervioso que apenas pude ilar * mi comentario. Salí de la cabina pensando que sería mi debut y despedida de ese medio.
Una semana después me encontré a JGV en una comida y todo apenado le pedí disculpas por el ridículo que yo había hecho.
Entonces me dijo algo que me marcó de por vida: “-Nadie nace sabiendo hablar en público, licenciado; lo espero el próximo lunes”.
Entonces, me di a la tarea de aprender lo que no sabía de ese hermoso oficio.
A la fecha, muchos años después, los nervios me siguen acechando desde minutos antes de que me abran un micrófono para hablar a miles de radioescuchas; es decir, me sigue dando miedo.
Varias ocasiones tuve la oportunidad de platicar con Jacobo Zabludovsky, conductor del noticiario 24 Horas, de Televisa. En una de ellas le pregunté cuándo pensaba retirarse del programa, toda vez que ya sumaba muchos años como periodista.
“El día que me dejen de temblar las piernas antes de salir a cámaras me iré para siempre”. Fue su respuesta contundente.
Ese día nunca llegó porque antes lo despidieron.
Siempre he tenido la convicción de que todo se puede aprender en la vida. Y hablar en público no es la excepción, lo importante es empezar, no quedarse con las ganas y mucho menos dejarse apanicar por el miedo.
Al respecto, producto de mi experiencia como comentarista o conductor programas en estaciones radiofónicas como Radio Red, Grupo Imagen, Radio Fórmula, Grupo IMER, Radio Mexiquense, y otras, les quiero compartir algunos consejos:
Antes de cualquier presentación frente a un público, prepara tu discurso.
Recuerda que el pez muere por la boca.
Define claramente el objetivo o los objetivos de tu intervención para impactar y cautivar fuertemente a tu público.
Definir qué quieres comunicar es muy importante, pero tal vez lo sea más el cómo lo vas a decir. Casi siempre la forma es más contundente que el qué.
Del infortunado presidente Kennedy, todo mundo recuerda esta frase: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por él”. La impresión que causó este mensaje dura hasta nuestros días.
Cuenta historias y usa evidencias para vestir tus opiniones. La gente entiende mejor con imágenes.
Cuida tu lenguaje corporal: mira a la gente a los ojos y evita mostrarte desconfiado e inseguro.
Aprende a escuchar a la gente y enfócate en dar una respuesta asertiva a sus deseos, necesidades o incertidumbres.
Recurre al humor siempre que sea posible, sin descuidar en ningún momento el buen gusto.
Y sobre todo, práctica.
Lo que nunca debemos olvidar es que el objetivo y la meta finales de todo discurso en el ámbito de los negocios es cautivar a la gente, convencerla de los beneficios de tu producto o tus servicios y lograr que tome la decisión de comprarte. Ni mas ni menos.
Gracias.
Jose Luis Morales Baltazar
Escritor, periodista y editor
* ilar: Acción de inferir o deducir’ y ‘conexión lógica’: «Ella comenzó a hablar en frases entrecortadas y sin ilación»