
Continuamente hay diferentes nuevas formas de expresión. Obras que nos hacen replantearnos, como hicieron la fotografía y el cine, si eso es arte. ¿Y qué es el arte? esta pregunta ha sido una constante en la historia del arte.
El arte vive sometido a “selección natural” y ésta acaba produciendo resultados positivos, en líneas generales. Cierto es que a veces una obra no obtiene la atención que merece, pero gracias a “la magia de internet”, toda forma de arte digital o impresa queda preservada eternamente y disponible al público en inconmensurables galerías permanentes como puede ser YouTube o en redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram), donde conviven maestros de la acuarela digital y la fotografía con novatos del Photoshop.
Pero ninguna se extinguirá como el “dodo”. Obras insignificantes pueden ser descubiertas años después de haber sido realizadas, o inspirar a otros artistas en nuevas direcciones. Este es el impacto de la tecnología en el arte.
Cierto es que a veces esto nos llevará a lugares extraños, en los que nos preguntaremos qué hacemos aquí y si no habremos perdido el norte. No creo que esto sea algo preocupante. Recordando la famosa cita de Edison: “No será un fracaso, solo descubriremos 999 formas de cómo no hacer arte”. Y gracias a la tecnología, perdurarán como recordatorio y fuente de inspiración para lo que queda del mundo.
Anahí Santes / Grupo Roma.