¿Cuántas veces te has detenido a ver algún logotipo, anuncio, cartel, promoción o incluso un artículo promocional de una marca y tu pensamiento te ha llevado a decir que es una marca muy bonita, interesante o llamativa?
Y ahora ¿Cuántas veces te has detenido y te has dicho, que feo logotipo, no me gusta ese anuncio, sus colores no empatan o cuándo fue la última vez que pensaste que el promocional que te dieron pudiera ser una muy buena idea si tan solo no tuviera ese diseño, colores, formas o texturas?
Pues bien, todo eso es parte de un proceso de identidad de marca y que no se debe tomar a la ligera porque su peso en la toma de decisiones por parte del consumidor final es muy importante. No solo basta con traer artículos novedosos y crear oferta, así como tampoco basta solo con publicar, publicitar y mostrar un artículo o servicio a tu posible consumidor, también debes tener en cuenta que una buena imagen de tu marca es fundamental al momento de tomar una decisión de compra o contratación.
La mayoría de los emprendedores, empresarios y creadores de oferta dejan de lado la identidad de su marca, negocio o producto porque lo ven innecesario o bien, no tan relevante. Porque como todo mundo sabe y piensa, lo más importante es vender, vender y
seguir vendiendo. Y en parte es cierto ya que la finalidad de una empresa lucrativa es “hacer dinero” y que su cabeza, dueño o fundador, no pierda su inversión.
Pero ¿Sabías que una forma de darle valor a tu marca es a través de la identidad de la misma? Seguro te preguntarás cómo es eso posible. Pues bien, es tan sencillo como comprender que el darle una identidad a tu marca es otorgarle personalidad, permanencia, reconocimiento y solidez ante la competencia.
Pongamos como ejemplo un negocio de pizzas, cuyo giro principal es hacer la pizza y ofrecer para comer ahí o para entrega en domicilio. Sus principales competidores serán en primer lugar los negocios con el mismo giro, es decir, pizzerías locales, sus segundos
competidores serán negocios de un giro similar o de la misma categoría, en donde se pueden considerar, otros negocios de comida, tanto italiana como de cualquier otro tipo o región, al final “hambre es hambre”. Y ni hablemos de las aplicación para realizar pedidos, esas cada vez más invaden la mente del consumidor por su practicidad y eficiencia.
Considerando estos puntos, el panorama parece complicado, competitivo, por lo cual, el negocio de las pizzas recurre a crecer la oferta con nuevas posibilidades de pizzas, combinaciones únicas, novedosas e interesantes, con sabores exóticos, especiales y que enamoren el paladar. Muy probablemente también opte por crecer su catálogo o menú con alimentos nada relacionados con el giro principal.
Al momento parece una muy buena solución para la pizzería pero, es muy probable que a sus competidores se les ocurra la misma idea o porqué no decirlo, se apropien de la estrategia de la pizzería en cuestión. Al final de cuentas, la estrategia de marketing no está patentada. En este mundo de la mercadotecnia se le llama de dos maneras: Copia o marketing paralelo. Así que los demás negocios pondrán en marcha sus estrategias de marketing paralelo para seguir en la mente de sus consumidores.
Es entonces que se genera una duda de mucho valor: Si los demás negocios, si la competencia opta por las mismas medidas y estrategias de marketing ¿Qué es lo que diferencía a mi negocio por sobre los demás? ¿Cómo voy a quedarme en la mente de mis consumidores? ¿Cómo van a recordarme o cómo voy a lograr visitas recurrentes a mi local? ¿Me recordarán como la pizzería de las “pizzas sabrosas”? Así puede llamarse el negocio de la competencia y eso no parece muy buena idea.
La mejor forma de lograr que tus clientes te reconozcan, regresen, te recomienden y se conviertan en fieles seguidores de tu marca es dándole una identidad, una personalidad, un rostro a tu marca, negocio o producto. ¿Verdad que ya no suena tan poco valioso el trabajar en la personalidad de tu marca?
La identidad le permite a tu negocio navegar por el mundo de la oferta y la demanda y poder ser reconocible a la distancia, entre esa multitud de negocios que desean hacerse notar. La identidad y personalidad de tu marca es un conjunto de acciones puestas en marcha que gráfica, auditiva y sensorialmente posiciona tu producto o negocio en la mente de tus consumidores, ya sea por el logotipo, los colores, un eslogan o el colectivo de todos estos elementos que en conjunción con buenos productos, insumos, atención, ofertas, promociones y más le dan a tu negocio el valor agregado que necesita para destacar frente a los demás.
Cuando la identidad está completamente definida es posible reflejarla en los productos, servicios y acciones que realiza el negocio o marca frente al consumidor y le dotan de una personalidad única y especial para destacar ante los competidores.
Esa misma identidad cuando está perfectamente planeada y aterrizada se puede y se debe emplear en todos los medios de comunicación donde la marca se haga notar y eso incluye material POP, tarjetería, folletería, cartelería, espectaculares y hasta artículos promocionales de los que hablaremos a profundidad en una siguiente edición.
Por ahora te dejo con este pequeño cuestionamiento para que respondas con sinceridad:¿Tu marca ya tiene la identidad que la define y la posiciona por encima de sus competidores?
Si tu respuesta es afirmativa entonces permíteme felicitarte por hacer bien las cosas, y si tu respuesta es negativa entonces es momento de tomar acción y dejar de seguir dejando clientes a la deriva por no ser reconocible en éste vasto mundo de marcas, servicio y productos que siempre está dispuesto a darle la bienvenida a nuevos competidores y dejar en un rincón a los que no buscan destacar ni mostrar su personalidad.
Escrito por:
Victor Malváez